Pero, ¿dónde vas, Jonás? -5% "Jonás, prepárate y vete a Nínive, la metrópoli, para anunciarle que su maldad ha llegado hasta mí" (Jon. 1,2). Como en la Escritura, así también empiezan los lectores, de 7-12 años, su aventura junto al profeta Jonás. Unidades Campo obligatorioEl número máximo de unidades disponibles es de 2147483647 19 €20 €* Precio sin IVA: 18,27 € Stock Disponible Referencia 1573 Compartir Twett Productos relacionados -5%Mis pontíficesDesde su infancia, el cardenal Tarcisio Bertone ha sentido una profunda admiración por los Pontífices, tanto que incluso deseaba conocerlos de cerca. Tras finalizar sus labores en la Santa Sede, decidió plasmar en un libro los recuerdos más vivos de los Pontífices que conoció a lo largo de su vida como testigo privilegiado, según le dijo el Papa Francisco durante un encuentro amistoso que mantuvieron. El Papa Francisco reconoció en Bertone la serena y madura experiencia como servidor de la Iglesia que le ayudó, como Secretario de Estado en los primeros meses de su pontificado, en el inicio de un conjunto de relaciones institucionales necesarias para un Pontífice.Antes 14,90 €Ahora 14,16 € -5%CARTAS DEL DIABLO A SU SOBRINOCARTAS DEL DIABLO A SU SOBRINOAntes 11 €Ahora 10,45 € -5%¿Se puede aprender a sufrir?¡Cuántas veces preguntamos por el sentido del mal y del dolor! La contestación es personal: se encuentra en el interior de cada uno, solo en el interior.Antes 9,90 €Ahora 9,41 € -5%Amarás al Señor tu DiosConocerse a sí mismo es una necesidad y un deber a los que nadie puede sustraerse. Toda persona necesita saber quién es, no puede vivir si no descubre qué sentido tiene su existencia: está en juego su felicidad si no reconoce su propia dignidad. Por esto podemos afirmar que estamos continuamente a la búsqueda de nuestro yo, una búsqueda a veces inconsciente, a menudo fatigosa y aparentemente contradictoria; en todo caso, nunca acabada. La persona se busca primero a sí misma… y si tiene el valor de descubrir su propia identidad, experimenta inmediatamente la necesidad de llevar aún más lejos su búsqueda, hacia ese Ser que es la fuente de su misma identidad. Si su deseo es ardiente y su búsqueda constante, Dios no puede sustraerse a ellos. Ha sido él quien ha puesto en el corazón humano ese anhelo y esa constancia. Si el hombre busca a su Dios en serio, no hay duda de que lo hallará, pues Dios mismo le saldrá al encuentro.Antes 17 €Ahora 16,15 €
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